martes, 20 de septiembre de 2016

Rock de nivel desde las antípodas


Dirt River Radio era una banda a la que le teníamos especiales ganas tras habernos perdido su primera visita por nuestras tierras allá por finales del 2014. Sus hasta entonces dos álbumes de estudio nos encantaban, y la fama de sus contundentes directos hacían que nuestros dientes estuviesen muy largos ya de las ganas de probarlos en directo.

Por suerte Salason y Teenage Head Music siempre te dan una segunda oportunidad, y como de costumbre marchamos hacia Cangas cargados de ilusión y ganas de sudar Rock & Roll.  Como gran novedad, la banda de Melbourne venía acompañada en esta ocasión por Kellie Fernando y Sarah Fagan, dos estupendas voces tanto a los coros como a la voz principal, algo que ambas dejarían patente con un tema cada una a lo largo del bolo. Cabe destacar también que la base rítmica era diferente a la de 2014, con Matt Bray a la batería Anthony Casey al bajo. Ambos demostraron ser dos excelentes músicos.



Saltaron a las tablas y la puesta en escena ya te agrada, con las dos chicas ataviadas con sendos vestidos negros muy elegantes y unos zapatos de tacones muuuuy altos. Por otra parte llamaban la atención los pies descalzos de Danger Alexander y por supuesto el enorme tupe y la barba de Heath Brady.


Aunque en los discos a veces aflojen un poco con alguna balada el concierto fue vertiginoso, y salvo algún tema paradito pero muy bien colocado, el set fue todo altas revoluciones y Rock arenoso. Arrancaron fuerte con "Chase The Sun" y su pegadizo riff de guitarra. Los temas que en el disco se hacen más parados ganaban en directo tanto en sonoridad como en espectáculo con las dos voces femeninas, como por ejemplo en "Broken English Baby", tema (como otros muchos) en el que nos brindaron un final apoteósico.










Nosotros sin embargo nos quedamos con la versión  más bailonga de los Dirt River Radio, la que nos ofrecen con temas como “Boys In The Public Bar”, “Postcards From The Road” o “The Cocksucking Blues”. De todo modos, momentos tan especiales como los vividos con el “Unchained Melody” bien merecen la pena el dejar de brincar por un rato.














Con himnos como el "All My Friends" o el "Proud Mary" con el que cerrarían el bolo haciendonos cantar a todos, se despedían con un hasta luego, y es que la comunión entre la banda y el público de Salason ha quedado confirmada, y esperamos que esta sea una de esas visitas anuales casi obligatoria. Nosotros no nos los volveremos a perder y es que aunque a primera vista parezca la típica banda de raíces sureñas americanas, ellos tienen esa energía que siempre transmite el Rock australiano, un plus que desde luego se nota en directo.

Salud y ¡Rock & Soul & Things!


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