lunes, 23 de noviembre de 2015

La Iguana Club convertida en un "jaliñeiro"


Con ese desenfreno y alegría previos a cualquier concierto de Heredeiros da Crus llegamos al escenario donde un servidor siempre quiso verlos y donde desde luego ellos dieron muestra de tener muchas ganas de tocar. La Iguana Club fue el lugar elegido para comenzar este "Jalisian Tour 2015", en lo que ellos han llamado "Volta os jaliñeiros" pues se alejan de los grandes escenarios de los festivales para recorerse muchas de las mejores salas de toda Galicia y así sentir el aliento del público como hacía mucho que no lo sentían.














Que vuelvan a las salas es en mi opinión una gran noticia y desde luego tras lo vivido quedó claro que un acierto. Con todo el papel vendido, no solo en Vigo, si no en todas las fechas excepto en la de Pontevedra (por el momento) la locura se apoderó de la banda y de los presentes, y en muchos momentos pense que comenzaría a saltar gente desde la planta alta de la sala.

Tienen tantos himnos en sus mas de veinte años de carrera que no les es nada dificil hacer un set de mas de dos horas sin fallar en un solo tema. Puedes echar en falta alguno cuando acaba el bolo, pero siempre te regalan uno de esos que no te esperas y que hace que de repente vuelvas a tu niñez con los acordes de algúna canción olvidada en el tiempo, pero de la que al final, sorprendentemente, aún sigues recordando la letra.














El show, quitando el momento en el que le cortaron un mechón de pelo a un voluntario, no se alejó de lo que nos suelen ofrecer. Rock divertido, a altas revoluciones y para cantar...¡para cantar mucho! En este caso tocó un extra de sudor, pues las primeras filas eran un no parar de botes y una especie de locura que se contagiaba por el aire y que se apoderaba de todos. Las fotos borrosas y movidas atestiguan que no hubo un solo instante de tranquilidad.



Al final de esas mas de dos horas de concierto me quedo con dos cosas y no son ninguna canción, ni ningún detalle técnico ni nada por el estilo. Me quedo con la cara de felicidad de todos y cada uno de los miembros de la banda, ya que ninguno podría negar aunque quisera que disfrutaron sobre el escenario como enanos sintiendo el calor de la gente, tocándonos, escuchándonos cantar, viendonos las caras a los presentes a un palmo de ellos e incluso volando sobre nosotros como hizo Javi en muchas ocasiones. El segundo detalle fue toda la chavalada que estaba en el concierto. Es una maravilla ver que esta banda sigue enganchando con sus letras tan representativas de la Galicia profunda y tan cargadas de nuestra retranca a una generación que no está perdida. El rock perdura, solo hay que enseñarlo de modo adecuado, y los Heredeiros no serán la banda mas virtuosa del mundo (aunque talento os aseguro que no les falta) pero si algo tienen es que conectan con el público gallego desde hace veinte años y lo seguiran haciendo dentro de otros veinte.

Salúd y ¡Rock & Soul & Things!


VIDEOS
(Cortesía de Sergio Groba)




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