lunes, 2 de febrero de 2015

El rock & soul gallego desata la locura en Salason.


Con el cartel de no hay entradas colgado, la noche prometía mucho en Salason para lo que era la segunda fecha de la minigira "Rock & Soul" que están haciendo The Soul Jacket y The Hellbuckers por la comunidad gallega.

En un ambiente que se podría definir como de exaltación, con muchas ganas de rock entre el público de la abarrotada sala canguesa, saltaban los de A Coruña con la genial Carla de Figueredo a la cabeza, para desde el primer acorde volarnos a todos la cabeza con su ritmo y su fuerza sobre el escenario, que transmiten con tal facilidad, que el público se volvió loco mas pronto de lo habitual hasta para Salason.

Son ya unos habituales para lo que ellos definen como "nuestra segunda casa", pero para los que los veíamos por primera vez en directo, como el que os escribe, el bofetón que te sacuden sobre el escenario, y la bocanada de aire fresco que le dan a temas que ya tienen sus añitos encima, es algo tan dificil de conseguir que desde aquí solo podemos felicitarles por no dejar que nuestros pies dejaran de moverse ni un solo instante durante su algo más de una hora de actuación.














Solo con deciros que arrancaron con "I've got my mojo working" de Muddy Waters, el "One room paradise" de la grandiosa Aretha Franklin y el "Sweet baby o mine" de Ruth Brown, creo que es suficiente para dejaros claro por donde fueron los derroteros del concierto.

Para ese instante ya tenían a la gente en el bolsillo, brincando y coreando mientras los clásicos iban como escapándoseles de entre los dedos. Cierto es que el cariño de los más habituales del lugar hacia ellos era mas que evidente, pero se ganaron a todos los demás con temas como los que forman su EP de presentación, "Roll with the punches" de Carol Fran y "Won't be long" de Aretha Franklin, y otros muy conocidos para todos como el "I put I spell on you" de Screamin' Jay Hawkins, que como todos sabréis popularizaron la Creedence Clearwater Revival, y que The Hellbuckers consigue la dificil tarea de darle su toque a un tema ya tan mítico y versionado.

Genial la imponente forma de tocar de Chewis con su habitual y gigantesca Gretsch entre manos, con la cual nos dejo solos de esos que están no solo cargados de calidad, si no tambén de ritmo. Cudi estuvo perfecto all bajo, como aquí nos gusta, con presencia y haciendose notar tanto sobre el escenario como en los temas, y Marcos llevando el ritmo de todo este torrente de sonido desde atrás con su batería.














Pero si alguien se merece mención especial es sin duda Carla de Figueredo. Increible ver una chica tan joven que se sube a las tablas y se transforma de tal modo que se come el escenario, al público, y es capaz de eclipsar incluso a la genial y veterana banda que tiene detrás. ¡Arrolladora!

Aún les sobró tiempo para dejarnos perlas como el "A change is gonna come" de Same Cooke o el "Ohh my soul" del legendario Little Richard antes de acabar con el potente "Blow um mau mau" de The Monsters. ¡Espectacular!










Con el listón puesto muy alto les tocaba salir a The Soul Jacket, pero estos ya da la impresión de que precisamente buscan nuevos retos, y tocar después de semejante vendaval como son The Hellbuckers lo es. No defraudaron ni un poquito.

Tras una semana intensa, en la que se dedicaron a dejar boquiabiertos a los de la capital, la banda viguesa volvía a una sala que ellos también conocen bien, y en la que como ya es costumbre arrasarían. Comenzar como lo hicieron con "Sleeping bag boogie" es toda una declaración de intenciones, ¡salían a por todas!, y así lo hicieron.














Sin duda siguen en estado de gracia, en un momento de madurez en el que la banda es un auténtico reloj suizo de precisión, sin fisuras, y en el que cada pieza del engranaje es fundamental, desde el enorme chorro de voz de Toño, hasta el teclado del genial Xabi Vieitez.

Con Mauro dirigiendo desde el fondo semejante despliege de fuerza y de talento con absoluta maestría, el habitual show al más puro estilo de la Allman Brother's Band, nos iba dejando esos solos casi interminables en el tiempo, pero efímeros para los ojos y las cabezas de quienes tienen delante a Guille y a Jorge jugando con las seis cuerdas de sus guitarras. Momentos como el que nos dejaron fusionando "Black Cotton" y "Gunpowder Valley", son de esos que te hacen sentir único por poder presenciar su evolución desde un lugar privilegiado como es la primera fila de sus conciertos.










Su música, aunque mas densa que la de sus predecesores en el escenario, no impidió que las revoluciones de la gente bajaran, ni mucho menos. Con temas como "Brothers I" y "Brothers II, "People", "Stampeding cattle", o dos auténticos himnos como el "Where is my money" y por supuesto el "Revolutionists", hicieron que la gente alcanzara el extasis total y absoluto.














Siempre digo lo mismo cuando escribo sobre ellos, pero es que están para cotas mas altas desde hace tiempo, y que una pedazo banda como esta no sea reconocida fuera de nuestras fronteras es un claro ejemplo de lo jodidamente mal que va este mundo.










En cuanto a The Hellbuckers no os digo más que lo que ya he dicho, si quereis saber más, el 11 de abril los tendréis de nuevo en Salason de nuestra mano y la de nuestro genial colaborador y socio Diego Beer en la primera "Rock & Soul & Feast".

Salúd y ¡Rock & Soul & Things!


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